¿Qué haces para utilizar el tiempo que te toma trasladarte de un lugar a otro en transporte público?

sábado, 8 de mayo de 2010

Yo creo que lo más molesto-y uno de los problemas en la administración del tiempo - en un día cualquiera es la parte en la que sales de casa con un destino fijo lejano y con un camino por recorrer también lejano.

Esto de por sí ya es tedioso, pero lo peor viene cuando ya estás en el bus; si vas parado(a) lo malo es que la gente te empuja, y la estresante frase del cobrador: “avancen, al fondo hay sitio”; esta frase me molesta, además no hay ni oxigeno al fondo. Si vas sentado todo es un poco más aceptable, pero si el recorrido es largo, largo, entonces el peligro está en que si te duermes(profundamente) te pasas – a mi por fortuna y gracia no me ha ocurrido este problema, pero conozco a otros que sí y no solo que se pasan, sino que hasta pueden perder pertenecías.
De no ser por lo peligroso de la ciudad, habría miles de cosas que hacer, como ir escuchando música con los audífonos (aunque muchos lo hacen) o usando algún aparato tecnológico que haga de nuestro viaje algo placentero o al menos algo menos tedioso y preocupante. Pero es en estos casos en que uno encuentra cualquier modo para lograr llegar al destino deseado y además no dormir a profundidad. Les contaré algunas experiencias mías en esto. Las primeras veces que tuve que viajar en el caótico transporte público POR UN LARGO TRAYECTO; primero iba mirando lo que sea con tal de no dormirme, pero pasaban los días y ya me aburría ver las mismas calles, así que me dormía tratando de despertar antes de llegar al paradero en el que debía bajarme, pero esta espera era peor que no dormir, pues no tenía tranquilidad: me despertaba cada 3 a 5 cuadras…Era y es ESTRESANTE(aunque muchos crean que esta palabra es un invento de los psicólogos y que no es real).
Hace poco intente algo, que por cierto funcionó. Fui LEYENDO-aunque muchas(os) se espanten con la frase, leía una revista de música que me mantuvo despierta todo el viaje. Lo malo fue que la revista no dura para siempre y volví a mi rutinario viaje: dormir y despertar cada minuto.
El otro día recordé que mi prima me prestó un libro, diciéndome que era gracioso y que lo leyera; yo aun no lo había hecho porque con la universidad y los “viajecitos”, se me hacia un mundo. Buscando un amigo para el viaje, llevé al libro y comencé a leerlo, realmente me divirtió, quizá hasta el extremo de que me reía A SOLAS en el bus y muchos habrán dicho o pensado: esta está… (haciendo girar en círculos continuos su dedo índice). Lo que leí fue: “Historia sobre un corazón roto…. y tal vez un par de colmillos” de M.B. Brozon.
Es literatura juvenil, me parecieron muy graciosas las ocurrencias y lo que decía el protagonista (Sebastián) y mas aun debido a que cuando leo, suelo imaginar lo que esta ocurriendo y creo así una especie de película mental y eso me causó risa, el doble de risa, porque no solo leía la escena, sino que la veía.
Pero esta distracción también terminó, al igual que la revista, entonces cogí otro libro (también de literatura juvenil) “La momia de Leningrado” de F.Lalana y J.M.Almárcegui; pero de por sí, su mismo nombre (el de la obra) no me atrae mucho y no reí durante el viaje, lo que si encontré fue un sueño más incontrolable que el que tengo si no hago nada. Quizá esto se deba a estoy con gripe, pero de todos modos volveré a intentar esto de la lectura y les cuento.

Hasta otra ocasión.

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